18 de mayo de 2007


'Jornada InterAulas'
Hacia una educación que involucre a toda la sociedad

Educar es una tarea compleja. Siempre lo ha sido, pero parece que en este siglo XXI se ha convertido en todo un reto. Hacer que la sociedad comparta ese trabajo, con un esfuerzo conjunto, en el que estén involucrados todos los sectores, es una de las apuestas defendidas en la 'Jornada Interaulas', celebrada el 15 de mayo en Santander. La jornada contó con la presencia de la consejera de Educación, Rosa Eva Díaz Tezanos, la presidenta de la Asociación de la Prensa, María Ángeles Samperio, el filósofo y escritor, José Antonio Marina, y profesores de centros participantes en InterAulas.

La 'Jornada InterAulas' ha sido el primer encuentro entre todas las partes que hacen posible que este proyecto funcione curso tras curso: Consejería de Educación, Asociación de la Prensa de Cantabria y profesores de los centros participantes. Conocer cara a cara las impresiones, los objetivos, las dificultades, los retos, el papel de nuestro proyecto educativo en sus planes.

La presentación de la jornada corrió a cargo de la consejera de Educación, Rosa Eva Díaz Tezanos; la presidenta de la Asociación de la Prensa de Cantabria, María Ángeles Samperio, y el filósofo y autor del primer manual de la nueva asignatura 'Educación para la Ciudadanía', José Antonio Marina.
Según destacó la Consejera de Educación, a través del Proyecto Interaulas los alumnos aprenden a trabajar en equipo, a familiarizarse con la prensa y a percibir los mensajes de manera "más reflexiva", fomentando con ello la "conciencia crítica".Por su parte, la presidenta de la Asociación de la Prensa también resaltó esa capacidad de "discernir" entre los mensajes que aprenden los participantes en el proyecto que, además, ofrece la posibilidad de ir practicando a los que tienen vocación o interés periodístico.

En palabras de José Antonio Marina, InterAulas cuenta con tres elementos destacables, entre ellos, el de animar a escribir. Explicó que después de los "pocos resultados" obtenidos por los planes de fomento de lectura, puede que el cauce sea promover la lectura de forma "indirecta" a través de la escritura, una experiencia que ya se ha puesto en marcha en otros países, indicó. A su juicio, leer "no es suficiente", no basta con "leer por leer", sino para saber expresarse, relacionarse mejor con los demás. De ahí lo "innovador" que le parece esta apuesta por la escritura, máxime tratándose del género periodístico, a través del cual los jóvenes pueden aprender a desarrollar un sentido crítico.
Los otros dos factores que el filósofo resaltó de Interaulas son el manejo de las herramientas informáticas -hoy totalmente compartido, pero que supuso demostrar "capacidad de anticipación" hace diez años cuando se puso en marcha-, y otro la implicación conjunta de la administración educativa y la sociedad civil en el proyecto, en este caso, a través de la colaboración de la Asociación de la Prensa de Cantabria. En este sentido, subrayó la necesidad de una "normalización social educativa" y de que todos los estamentos de la sociedad ayuden a la escuela en la educación de los niños y jóvenes.
El filósofo elogió el proyecto, entre otras cosas, porque enseña a los jóvenes a discernir entre la cantidad de información que reciben y que, por tanto, cree fundamental para que sepan también discriminar mensajes en el ámbito político. En su opinión, ante la "especie de invasión informativa, poco refinada" que se da en la actualidad, hay que tener "capacidad para seleccionar". Sin embargo, lamentó que cerca del 40% de los jóvenes mayores de 24 años no entienden los editoriales de los periódicos, algo "muy grave" para Marina, porque implica que tomarán decisiones en su vida y en su vida política, "no por argumentos, sino por eslóganes y consignas". Según dijo, eso conduce a un "empobrecimiento de la vida política que hace que se vuelvan muy toscas las relaciones". "La única forma de no enfrentarnos directamente es que se enfrenten nuestros argumentos", apostilló.

La polémica no abandona a la 'Educación para la ciudadanía'

El filósofo y escritor, que ha coordinado la redacción de los libros editados para impartir esta asignatura, consideró un "disparate" apelar a la objeción de conciencia en contra de esta materia y aseguró que ningún juez puede amparar en este caso dicha objeción, porque "no hay motivos" para acogerse a ella.Además, opinó que "se les está explicando mal a los padres" el sentido de la objeción de conciencia que, si bien está reconocido como uno de los derechos fundamentales en la Constitución, no se ajusta a este caso, en el que cree que se han dado "cantidad de malentendidos".
A su juicio, la polémica en torno a esta asignatura resulta "absurda y absolutamente disparatada e inaudita". "Yo este asunto no me lo explico", dijo. El filósofo rechazó los argumentos de quienes sostienen que se conculca el derecho de los padres a elegir la educación moral de sus hijos y recalcó que "no hay nadie sensato" que pueda sostener tal afirmación. Además, resaltó que el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos no es un "derecho absoluto" y, a modo de ejemplo, se preguntó qué pasaría si unos padres decidieran educar a sus hijos en la filosofía nazi.
También replicó las afirmaciones que advierten de la existencia de contenidos "desestructuradores" de la personalidad del alumno en la asignatura y dejó claro que lo que se enseña es la estructura ética de nuestra sociedad, del régimen democrático, de los derechos humanos y de los principios recogidos en la Constitución Española. Según dijo, "quien esté en contra de eso, está en contra de que se estudien los derechos humanos en el aula".
Además, resaltó que ya se han modificado algunos de los contenidos de la asignatura, como el relativo al tipo de familias, y añadió que con esta materia se tratan "temas de convivencia muy importantes" y, si se hace bien, "puede tener mucho éxito".
En palabras de Marina, esta asignatura es un "curso de ética básica" que, en el caso de los alumnos de Primaria, se centra en la educación en sentimientos sociales y normas de urbanidad, y cuando llega a Bachillerato "se concreta en una reflexión política, del mundo político y de animar la participación política".
El filósofo elogió, entre otras cosas, porque enseña a los jóvenes a discernir entre la cantidad de información que reciben y que, por tanto, cree fundamental para que sepan también discriminar mensajes en el ámbito político. En su opinión, ante la "especie de invasión informativa, poco refinada" que se da en la actualidad, hay que tener "capacidad para seleccionar". Sin embargo, lamentó que cerca del 40% de los jóvenes mayores de 24 años no entienden los editoriales de los periódicos, algo "muy grave" para Marina, porque implica que tomarán decisiones en su vida y en su vida política, "no por argumentos, sino por eslóganes y consignas".
Según dijo, eso conduce a un "empobrecimiento de la vida política que hace que se vuelvan muy toscas las relaciones". "La única forma de no enfrentarnos directamente es que se enfrenten nuestros argumentos", apostilló.

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